Esta entrada no va de patentes. Las patentes frenan el desarrollo tecnológico y dan un poder inmenso a grandes multinacionales que usarán única y exclusivamente para extorsionar a empresas mas pequeñas. Pero esto no va sobre patentes.
Esta entrada viene de un genio, científico, que ha logrado grandes cosas que han pasado demasiado desapercibidas entre la mayoría de vosotros. Pero primero os contextualizaré.
Recién estrenados los años noventa, la electrónica, circuitos integrados de una escala que a día de hoy serían considerados gigantescos, sus enormes y vetustos controladores integrados, y por supuesto, sus diodos.
El diodo emisor de luz, o LED, es decir, un semiconductor con dos estados uno de ellos con la peculiaridad de emitir luz, dados los avances en materia de semiconductores, por limitaciones físicas, sólo podía emitir luz roja. Al igual que cualquier tipo de láser en ese momento. Lo que limitaba enormemente sus aplicaciones, puesto que la luz roja tiene la mayor longitud de onda y la menor frecuencia de todo el espectro visible por el hombre, lo que inevitablemente la convierte en la menos precisa. No obstante, parecía ser suficiente, como evidencia el desarrollo de la tecnología de almacenamiento óptico, CD (1985) y DVD (1996), usando esta tecnología.
Entonces fué cuando Shūji Nakamura, ingeniero electrónico japonés y empleado de la corporación Nichia, desarrolló el LED de nitruro de galio con luz azul. Si bien las propiedades lumínicas del nitruro de galio se conocían desde los 60, nunca se habían considerado aprovechables. Además, este LED azul, con una cobertura extra de fósforo, se convirtió en el primer LED de luz blanca, un hito histórico, presentado en 1993, y que le ha valido a Nakamura un gran reconocimiento internacional por sentar las bases de lo que hoy conocemos como "bombillas" LED (aunque el término bombilla sea muy incorrecto), muy eficientes y con una potencia lumínica muy superior a los tubos fosforescentes.
Toda esta tecnología, que sentó las bases que hicieron posibles el desarrollo de las grandes pantallas LED, del LCD+LED, que incrementan espectacularmente la nitidez del LCD; del OLED, LED orgánicos que posibilitan pantallas muy finas y flexibles; y del Blu-ray.
El Blu-ray, originalmente BD-Rom, fué diseñado por Sony, y paralelamente por Pioneer, aprovechando que un láser de luz azul, siendo este espectro el de más frecuencia y menor longitud de onda, es muchísimo más preciso que el rojo. Si a esto añadimos los avances tecnológicos que permitían crear lentes más pequeñas, resultó que ahora se podía grabar y leer más datos en un espacio menor, siendo además esta capacidad multiplicada al poseer más de una capa de datos.
Sony se considera creadora del Blu-ray, y de hecho fué corriendo a la oficina de patentes incluso sin haberlo creado todavía, como si mereciese algún mérito el cambiarle el nombre a algo que ya existía.
El auténtico creador de la tecnología fué Shūji Nakamura, un genio de la electrónica, en su etapa en Echi Corporation. Hoy es profesor en la Universidad de California Santa Bárvara (UCSB) y ha recibido diversos galardones: Society for Information Display (1996), Rank Prize (Reino Unido, 1998), Premio de Electrónica Cuántica del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos de EEUU. (2002), a Medalla Benjamin Franklin (2002), Premio de Tecnología del Milenio de Finlandia (2006), el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (2008), Doctor Honorario de Ingeniería por la Universidad de Hong Kong (2008) y el Premio Harvey Prize por la Technion de Israel (2009).
Fiat lux
(Anónimo. Proverbio del latín y lema de la UCSB. Hágase la luz.)
Créditos:- La foto de Shuji Nakamura es de Randy Lamb, UCSB.
Si queréis saber más, tenéis Brilliant!: Shuji Nakamura And the Revolution in Lighting Technology, un libro de Bob Johnstone, o ir a estudiar electronica en la Universidad de Santa Barbara y preguntarle.
muy buena informacion muy intereseante
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