La entrada del miércoles

Esta entrada es una chorrada, señor autor, bórrela y escriba una de verdad. O no.

Un servidor, desde que era chiquitín, o chiquitón, de mayor tenía para elegir dibujante (profesión con futuro ¿eh?) o desarrollador de videojuegos, ambas dos profesiones molonas, bohemias, e interesantes. Al final, dada mi escasa paciencia por el dibujo, porque algo se me daba, me encaminé a lo segundo, aunque viendo lo "divertida" que es la vida universitaria en las facultades de Bellas Artes, me arrepiento un poco.

Estudié desarrollo de aplicaciones informáticas en un momento algo convulso de mi vida, y durante el proceso conocí a mi actual señorita pareja sentimental, pero llegado a ese punto, mi sueño de dedicarme al mundo del ocio multimedia ya se había desvanecido. El mercado es algo difícil. Y no me quejo, poder hacer software que ayuda a la gente no es algo que me disguste, pero sí que hay demasiadas empresas que lo que verdaderamente les interesa es crear software-saca-cuartos, que haga la vida imposible a sus usuarios, y es muy complicado no caer en una de esas.

Si alguno de vosotros piensa dedicarse a esto, al mundo del desarrollo de software, debéis saber que nunca terminaréis de estudiar, es más, cuando acabéis cualquier tipo de estudio, os daréis cuenta que aún no sabéis prácticamente nada (aunque tengáis una buena base de la que partir), este mundo evoluciona muy rápido, y lo que hace meses era dogma, ya está desfasado. Todavía me acuerdo de un jefe, que presumía de haber estudiado con tarjetas perforadas y haber programado un poco en Cobol, y desde entonces no había escrito ni una sóla línea de código. Reciclarse continuamente, descubrir o redescubrir la tecnología es el pan de cada día, y es algo que os tiene que gustar.

Yo seguiré haciendo mis experimentos, algunos orientados al ocio, otros al web, pero siempre tendré a mi novia dándome caña para que no abandone mi sueño de hacer juegos. Si algún día me animo, subiré mis experimentos.

0 comentarios:

Publicar un comentario